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Fecha: 04 de Febrero del 2022
En el moderno barrio de Roma de la Ciudad de México, el patio de "Monstruo de Agua" vibra con jóvenes que conversan sobre un ceviche de aguacate ahumado, champiñones en tempura y cervezas artesanales. Cada cerveza lleva una etiqueta con una imagen del peculiar ajolote, con su corona de branquias parecidas a plumas.
La cervecería eligió a la salamandra en peligro crítico de extinción como su mascota con la esperanza de aumentar la conciencia entre el público mexicano, señala el fundador Matías Vera-Cruz Dutrenit. “Si nuestro producto es bueno, puede actuar como un buen embajador del animal”, afirma.
Nombrado en honor al dios azteca del fuego y el rayo, Xólotl, el axolote o ajolote ha sido un símbolo importante de la cultura mexicana durante siglos. La palabra axolotl, viene del náhuatl, la lengua de los antiguos aztecas, y significa "monstruo de agua".
Una vez diseminados por los lagos de gran altitud que rodean la Ciudad de México, estos anfibios con patas de treinta centímetros de largo ahora están limitados a solo unos pocos canales interiores cerca del lago Xochimilco, donde solo sobreviven entre 50 y 1000. Esta población precariamente pequeña se enfrenta a un aluvión de amenazas: la contaminación del agua; la depredación por peces invasores como carpas y tilapias; y lo más importante, la pérdida de hábitat.
A medida que la salamandra ha disminuido durante la última década, ha florecido la conciencia pública sobre el ajolote. Los ajolotes ahora son personajes en el juego en línea de Minecraft y están en la plataforma global de juegos Roblox. El nuevo billete de 50 pesos, lanzado a finales del 2021, presenta al ajolote como protagonista.
Los ajolotes, normalmente marrones o grises en la naturaleza, también se han vuelto extremadamente populares como mascotas, que generalmente son blancos con reflejos rosados, una mutación genética causada por la cría en cautiverio.
A pesar del reconocimiento generalizado, Luis Zambrano, un experto en ajolotes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), se muestra escéptico sobre si el nuevo proyecto de ley o la creciente "fama" del ajolote se traducirán en un cambio significativo.
Usar las imágenes del ajolote en la etiqueta de su empresa conlleva una obligación moral, señala Dutrenit, quien nació en la Ciudad de México. Por un lado, la empresa proporciona kits de prensa a sus vendedores de cerveza con información básica sobre los ajolotes y cómo protegerlos.
Mientras prueba un poco de hummus de su menú una tarde de diciembre, Dutrenit habla apasionadamente sobre los paralelismos entre los ajolotes y los valores de su empresa: herencia mexicana, regeneración y sustentabilidad.
Esta salamandra puede regenerar extremidades perdidas o dañadas de su organismo, corazones, médulas espinales e incluso partes de su cerebro.
Asimismo, dice Dutrenit, su empresa utiliza prácticas de agricultura regenerativa para sus ingredientes nativos, como el agave y el amaranto. Esto incluye el uso de policultivos, o cultivar más de un cultivo a la vez, una práctica que mejora la calidad del suelo.
Por último, la compañía apuesta por la sostenibilidad. Esto incluye el uso de agua de lluvia en la producción de cerveza y el transporte de mercancías en bicicleta, todo con el objetivo de disminuir el impacto humano en el medio ambiente de la Ciudad de México, incluido el hábitat del ajolote en Xochimilco.
En 1993, el gobierno mexicano tomó medidas para proteger el hábitat del ajolote al designar un área de 214 hectáreas del Parque Ecológico y Mercado de Plantas de Xochimilco. Pero el progreso ha sido lento: la contaminación de las plantas de tratamiento de aguas residuales y la urbanización aún amenazan gran parte del área, señala Zambrano.
Es por eso que Zambrano y sus colegas desarrollaron un Plan B para los ajolotes, estableciendo estanques temporales para salamandras en cautiverio. En un experimento reciente, 11 pares de ajolotes criados en laboratorio fueron liberados, uno a la vez, en tres estanques en el campus universitario. Los resultados fueron alentadores: siete de las 11 parejas incubaron huevos y los juveniles sobrevivientes estaban sanos.
Hasta ahora, estos ajolotes cautivos sirven como población de seguridad: Zambrano dijo que los científicos no los liberarán en Xochimilco a menos que la población silvestre desaparezca por completo.
Originario de Xochimilco y organizador comunitario, Dionisio Eslava Sandoval, está tomando el asunto en sus propias manos restaurando las tradicionales chinampas prehispánicas, islas agrícolas artificiales rodeadas de estrechos canales que filtran la contaminación (método de cultivo).
Las chinampas son el hábitat perfecto para los ajolotes, pero el 95% de ellas son improductivas, ya que están cubiertas de maleza o abandonadas debido a que la agricultura tradicional ha disminuido.
Mientras Sandoval desembarca, recuerda lo lejos que ha llegado su chinampa; lo que algunas vez fue un "tremendo vertedero de basura", ahora es una granja próspera de aproximadamente 186 metros cuadrados, que produce zanahorias, ajo, brócoli y otros cultivos cultivados con semillas nativas y métodos de agricultura orgánica.
Aunque no trabaja directamente con Sandoval, Zambrano y su equipo manejan el Proyecto Refugio Chinampa, que creó 20 refugios de ajolotes similares con la ayuda de 28 agricultores locales de chinampa, también mediante la reubicación de animales de los canales principales.