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Fecha: 14 de Julio del 2021
Cada ola de calor que ocurra hoy día será más intensa debido al cambio climático inducido por el hombre.
Estas son las palabras de Friederike Otto, directora asociada del Instituto de Cambio Ambiental de la Universidad de Oxford y una de las principales expertas en clima extremo del mundo.
Otto es parte de un equipo que hace unos días reveló que la crisis climática global hizo que la reciente ola de calor de América del Norte fuera 150 veces más posible.
Sin el calentamiento causado por el hombre, el calor sin precedente –que ha matado a cientos de personas en Canadá y el oeste de Estados Unidos– habría sido “virtualmente imposible”.
La investigación es la más reciente de una serie de análisis científicos que vinculan el calor extremo reciente con la crisis climática. Estos estudios muestran que estamos destinados a alzas de las temperaturas más extraordinarias a medida que la crisis climática empeora.
Es probable que la ola de calor de América del Norte ocurra alrededor de una vez cada mil años, pero si las temperaturas globales llegan a los 2 grados Celsius por encima de los niveles preindustriales –límite superior determinado por los países bajo el Acuerdo de París–, podría suceder cada cinco a 10 años, según los hallazgos del reciente trabajo.
El Reino Unido –con sus viviendas mal ventiladas y sus ciudades estrechas– no escapará al repunte. Un estudio de la Met Office encontró que la ola de calor extrema de 2018 en esa nación se hizo 30 veces más posible por la crisis climática. Añadió que, a mediados de siglo, esas temperaturas podrían volverse “normales”.
Aunque es inevitable que aumenten aún más el calor extremo, la escala de los peligros a los que nos enfrentamos dependerá en gran parte de las medidas adoptadas por los líderes mundiales.
En noviembre, está previsto que se reúnan en Glasgow para la Cop26, conjunto de conversaciones que serán cruciales para encarrilar al planeta si quiere cumplir su aspiración de limitar el calentamiento global a 1.5 grados Celsius.
Las temperaturas ya han aumentado en 1.2 grados Celsius y la investigación muestra que las recientes promesas presentadas por los países todavía no son suficientes para cumplir con el objetivo.
La industria de los combustibles fósiles también se enfrenta a un intenso escrutinio por su papel en la conducción de la crisis climática y sus crecientes impactos. El informe más reciente de evaluación del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) reveló que la quema de combustibles fósiles representó alrededor de 78 por ciento del aumento de los gases de efecto invernadero registrados entre 1970 y 2010.
Se rumora que el próximo informe del IPCC –que se publicará a finales de este año– sentará nuevas bases al señalar a entidades, incluida ExxonMobil, que han tratado de retrasar la acción sobre la crisis climática a través de campañas de cabildeo y desinformación.
“El cambio climático ya no es un problema futuro”, aseguró ayer a The Independent Katharine Hayhoe, científica jefe de Nature Conservancy. “Sus impactos están aquí y ahora, y sus costos se están midiendo no sólo en dólares, sino en vidas humanas”.
Fuente: La Jornada