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Fecha: 16 de Agosto del 2021
Muchos peces que se consumen de manera común podrían enfrentarse a la extinción, ya que el calentamiento de los océanos aumenta la presión sobre su supervivencia y obstaculiza su capacidad de adaptación.
Una nueva investigación sugiere que peces como las sardinas y los arenques tendrán dificultades para seguir el ritmo acelerado del cambio climático.
El estudio, publicado en Nature Climate Change, también proporciona la primera evidencia para contrarrestar la teoría de que la disminución del movimiento resultará en más especies, al sugerir lo contrario.
Chris Venditti, biólogo evolutivo de la Universidad de Reading y coautor del estudio, explicó en un comunicado: “El calentamiento de las aguas es un doble golpe para los peces, ya que no sólo hacen que evolucionen a un tamaño más pequeño, sino también reducen su capacidad para trasladarse a entornos más adecuados.
“Nuestra investigación respalda la teoría de que los peces se volverán más pequeños a medida que los océanos se calientan bajo el cambio climático, pero revela la preocupante noticia de que tampoco podrán evolucionar para hacer frente tan eficientemente como se pensó en un principio. Con la temperatura del mar que aumenta más rápido que nunca, los peces se quedan atrás en términos evolutivos y luchan por sobrevivir.
“Esto tiene serias implicaciones para todos los peces y nuestra seguridad alimentaria, ya que muchas de las especies que comemos podrían volverse cada vez más escasas o incluso inexistentes en las próximas décadas”.
El estudio, dirigido por el Centro de Estudios Avanzados en Zonas Áridas (Ceaza), en Chile, y la Universidad de Reading, en Reino Unido, utilizó análisis estadísticos de un gran conjunto de datos de especies de peces distribuidas globalmente para estudiar su evolución durante los pasados 150 millones de años. Proporciona la primera evidencia sólida de cómo las fluctuaciones históricas de la temperatura global han afectado la evolución de estas especies.
Se centró en los Clupeiformes, grupo muy diverso que se encuentra en todo el mundo y que incluye especies importantes para la pesca, como la anchoa, los arenques del Atlántico y del Pacífico, así como las sardinas japonesa y sudamericana. Sin embargo, los hallazgos tienen implicaciones para todos los peces.
Hasta ahora, los peces sólo han tenido que lidiar con un aumento medio máximo de la temperatura del océano de alrededor de 0.8 grados Celsius por milenio. Esto es mucho más bajo que las tasas de calentamiento actuales informadas por la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de 0.18 por década desde 1981.
Los hallazgos respaldan la expectativa de los científicos de que los peces generalmente se volverán más pequeños y se moverán menos a medida que el mundo se calienta, debido a que tienen que aumentar su metabolismo y, por tanto, necesitan más oxígeno para mantener sus funciones corporales. Esto afectará a las especies pequeñas, porque las más grandes pueden viajar distancias más largas debido a sus mayores reservas de energía, mientras los más pequeñas son menos capaces de buscar nuevos entornos con condiciones favorables a medida que cambia el clima.
Sin embargo, la investigación contradice la suposición de que un aumento en los peces más pequeños significará que surjan más especies nuevas debido a la concentración de variaciones genéticas en las áreas locales.
Los científicos encontraron que las aguas más cálidas conducirían al desarrollo de menos especies nuevas, lo que les robaría a los peces otra de sus armas claves para hacer frente al cambio climático.
Fuente: La Jornada